Friday, May 05, 2006

ideas para salir de pobre


No es frecuente pensar en la quiniela de fútbol como sistema de inversión. Aparentemente es un infructífero juego pero en realidad se trata de una inversión que, prudentemente gestionada a medio plazo, genera rentabilidades muy interesantes con niveles de riesgo muy moderados.
La primera impresión que podríamos sacar cuando nos acercamos por primera vez a este juego sería que sí, que la apuesta deportiva es otro juego más de azar.
Permítanos un poco de teoria y de lenguaje matemático:
Todos los juegos de azar operan a largo plazo contra el jugador. A la larga el que gana es el Casino, el dueño de las máquinas tragaperras, el Estado en las diversas loterías ....
Y ello es tanto más verdad cuanto más se repita el juego: la única opción sensata del jugador razonable, (si es que esta especie existe), es jugar pocas veces y confiar en la suerte. Tan pronto como empieza a operar la matemática, el beneficio es indefectiblemente para el promotor del juego.
Existe una única excepción, matemáticamente demostrada: la quiniela de fúbol.
El que juega un sólo boleto puede hacerse millonario, pero lo normal es que simplemente pierda su dinero: seguimos en el terreno del puro juego. En el otro extremo, alguien que jugase todas las combinaciones posibles, (que son 4.782.969, y cuestan 2,4 millones de euros, es decir, casi 400 millones de pesetas), perdería exactamente el 45% de su inversión, (que es el porcentaje que se reserva el Estado), en el caso de ser único acertante, (y mucho más si no es el único).
Pero sorprendentemente existe en la quiniela una zona intermedia en la que la probabilidad de ganar es a medio plazo superior a la de perder.
Esta zona está perfectamente estudiada a nivel científico y en ella operan las Peñas que trabajan responsablemente. Pocos inversores individuales acceden a un nivel de inversión que normalmente supera sus posibilidades; los que podrían hacerlo, suelen preferir otras inversiones más tradicionales, aunque objetivamente no mucho más seguras.
Así han nacido las Peñas, para agrupar la inversión de muchos apostantes individuales hasta alcanzar una masa crítica. Aunque naturalmente no todas utilizan los mismos sistemas de cálculo, lo que conduce a diversos niveles de probabilidad de beneficio según la finura de cálculo y experiencia de cada una de las Peñas existentes.
En otras palabras, si nuestra observación se limita al resultado de un único encuentro o partido, o bien a una jornada concreta, sin duda tendremos que aceptar que el desenlace viene dictado por el azar y por tanto estamos ante un suceso aleatorio. Pero si ampliásemos nuestro campo de observación, y a modo de banco de pruebas, llevásemos los posibles resultados a un número "N" de jugadas, comprobaríamos que, a diferencia de lo que ocurre en otros juegos de azar, la presencia del suceso aleatorio quedaría limitada por la presencia de la lógica deportiva.
Pongamos un ejemplo: En un juego como la LOTERÍA PRIMITIVA, podremos comprobar, cuanto mayor sea el segmento de jugadas realizadas, que todos los números que intervienen en el juego tienden a igualar su porcentaje de aparición. Por el contrario, si hiciésemos jugar un número "N" de veces, repitiendo el mismo encuentro, al R. Madrid, Barcelona, Deportivo, etc, contra equipos de menor presupuesto y potencial deportivo, constataríamos que la lógica deportiva impide que el "1", la "X", o el "2" tengan la misma probabilidad de ocurrencia.
La permanente convivencia entre la lógica deportiva y el resultado aleatorio es lo que nos permite elaborar y diseñar estrategias de juego que, apoyadas en la combinatoria, en la información disponible, y en nuestra propia experiencia, nos acerquen al éxito.
Desde el momento que asumimos que la apuesta deportiva no es, a medio y largo plazo, un puro juego de azar, tal y como hemos reflejado anteriormente, estamos reconociendo que, con las herramientas oportunas, podemos plantearnos abordar dicho juego como una modalidad de inversión novedosa y alternativa.
Tratando de equilibrar correctamente la balanza, le diremos que el riesgo o posibilidad de pérdida, existente aquí como en cualquier otra inversión, podemos cifrarlo en un 25 o 30% de la inversión realizada, siempre bajo los parámetros de una temporada "normal" en premios. Por el contrario, las expectativas de beneficio son difícilmente igualables por otras modalidades de inversión más tradicionales. La experiencia nos dice que con este medio de inversión se pueden conseguir rentabilidades que superan en gran medida nuestras propias expectativas. Sin ir más lejos, en estos momentos la peña tiene una rentabilidad del 1154.31 %, debido al premio conseguido la jornada anterior. Lógicamente, no todas las jornadas se consigue un pleno, y esa rentabilidad acabará por disminuir, pero optar por una peña de quinielas fiable como medio de inversión a medio largo plazo, sin duda le proporcionará mayores beneficios que cualquier otro medio de inversión.
Las altas rentabilidades a las que optamos con esta modalidad de inversión, no vienen determinadas por un incremento del riesgo, sino por el hecho favorable de acertar más que nuestros competidores, es decir, los otros concursantes.
Por ello, en www.quinielaslosases.com nos tomamos la quiniela como un rentable medio de inversión más que como uno más de los juegos de azar.




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